Javier Marías y su editorial
En el Babelia de esta semana, Javier Marías criticaba la falta de publicidad que se les da en algunos medios a algunas editoriales, concretamente a la suya (no la cito para colaborar así con tan vil hazaña). Cómo osaban silenciar las bellas páginas de sus libros, los maravillosos descubrimientos que la literatura le debía, eso, no acertaba a explicárselo el autor. No creo que el seños Marías, tan diestro y veterano ya en el mundo de las letras, ignore que las reseñas de las obras suelen hacerse más por endogamia y afinidades (que se juegue al golf juntos, por ejemplo), que por calidad literaria. Ignorante o no de ese hecho, lo cierto es que hay que reconocerle, además de un excesivo enamoramiento de sí mismo, cierto interés innovador y originalidad. De ahí que su queja se convirtiera en marketing. Convirtió una página del suplemento en la odiosa conversación de madre amorosa cuyo niño es tan perfecto como incomprendido en una sociedad claramente inferior, ignorante de lo que se debería leer. La culpa es siempre de los otros